


Origen
El yak (Bos mutus o Bos grunniens) es un mamífero bóvido de tamaño mediano y pelaje lanoso, nativo de las montañas de Asia Central y el Himalaya, vive en las altiplanicies esteparias y fríos desiertos del Nepal, Tíbet, Pamir y Karakórum, entre los 4000 y 6000 metros de altitud, donde se encuentra tanto en estado salvaje como doméstico.
Producción
Los pastores peinan a mano el pelo de sus yaks. Con esta técnica consiguen 100 gramos de fibras. Posteriormente, el tejido conseguido se clasifica a mano en colores: cacao, canela, plata y platino.
Estas fibras se trasladan hasta Reino Unido, donde se hilan y tejen en telas con las que los sastres de las mejores marcas británicas terminan elaborando prendas de gran calidad.
El yak que vive en altitudes más altas, son más resistentes y tienen mejores fibras. Pueden vivir en temperaturas extremas, de más o menos 50 grados. Estas fibras “son suaves pero más cálidas que la lana merino”.
Con esta tela no solo se consigue unos vestidos de gran calidad. La utilización de esta lana también es una forma de preservar el ancestral estilo de vida del pastoreo antiguo.



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Uno de los principales diseñadores que usan esta prenda es Hunstman, un sastre de Savile Row (una calle de Londres famosa por la sastrería a medida para hombres). Este modisto, que ha vestido a personajes de la altura de David Bowie, Gregory Peck o Katharine Hepburn, ha encontrado en la lana de yak una creciente demanda.
Otra de las firmas que también ha apostado fuerte por este tejido es Tengri. Esta compañía londinense de ropa y diseño de interiores se ha especializado en las fibras de yak. Según declaraciones a The Times de su fundadora, Nancy Johnston, este paño “es una alternativa de lujo a la cachemira” y “es sostenible, protege el paisaje de Mongolia y proporciona medios de vida para los pastores.
Propiedades
La lana de yak es duradera, transpirable, ligera y cuenta con unas propiedades térmicas increíbles, que te mantienen fresco en verano y cálido en invierno.
Un solo yak produce una media de unos 100 g de lana al año, apenas una madeja de grosor fingering, por lo que es una fibra rara y preciosa. Esta fibra corta se encuentra entre las calidades más lujosas como el cashmere o la baby camel, aunque más suave en cuanto a espesor y textura, con el beneficio adicional de hacer menos pelusa que cualquier otra fibra.
Cuidados
Como tela delicada, la lana de yak debe ser cuidada adecuadamente. Para lavarla a mano, use jabón neutro en agua a 30° C.
Debes evitar lavarla con detergente enzimático biológico, ya que las enzimas (lipasa y proteasa) que contiene atacarán la lana, lo que hará que se debilite y agujeree.
El Chiru o Antílope Tibetano



Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Tibetan_antelope
El antílope tibetano tiene grandes cuernos y vive en el altiplano del Tibet. Es un animal muy elusivo y difícil de encontrar.
Figura en la lista de especies en peligro de extinción de la IUCN. Su población ha disminuido dramáticamente en los últimos años, diezmado por los cazadores que buscan su suave fibra, el shahtoosh, famoso por su finura y que se utiliza para hacer chales muy apreciados en India y Pakistán.
Su venta está prohibida, pero en el mercado negro un chal de shahtoosh puede valer US$4.000.
El antílope tibetano o chiru (Pantholops hodgsonii) es un bóvido de tamaño mediano nativo de la meseta tibetana.
Quedan menos de 150.000 individuos maduros en la naturaleza, pero actualmente se cree que la población está aumentando.
En las décadas de 1980 y 1990, se pusieron en peligro debido a la caza furtiva ilegal masiva. Son cazados por su pelaje extremadamente suave, ligero y cálido que generalmente se obtiene después de la muerte. Este pelaje, conocido como shahtoosh (palabra persa que significa “rey de las lanas finas”), se usa para tejer chales de lujo.



Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Tibetan_antelope
Los chales de Shahtoosh se daban tradicionalmente como obsequios de boda en la India y se necesita la piel de tres a cinco antílopes adultos para hacer un chal. A pesar de los estrictos controles sobre el comercio de productos shahtoosh y la inclusión en la CITES, todavía hay demanda de estos artículos de lujo. Dentro de la India, los chales valen entre $ 1,000 y $ 5,000. internacionalmente el precio puede alcanzar los $ 20,000